Congreso de Perú destituye a Dina Boluarte en una votación exprés por «incapacidad moral»

En un movimiento político drástico y acelerado, el Congreso de Perú ha votado este jueves para destituir a la presidenta Dina Boluarte de su cargo. La decisión se tomó tras la aprobación de varias mociones de vacancia que acusaban a la mandataria de tener una «incapacidad moral permanente» para gobernar.

La votación fue abrumadoramente favorable a la destitución, con 122 votos a favor de un total de 130, superando con creces los 87 apoyos requeridos. Este proceso se vio acelerado porque la presidenta Boluarte decidió no presentarse ante el pleno del Congreso para ejercer su derecho a la defensa. El presidente del Legislativo, José Jerí, justificó la votación inmediata citando la ausencia de la convocada.

El Detonante y la Justificación Legal

Aunque la figura legal utilizada fue la de «incapacidad moral», una causal constitucional que ha sido controversial en la política peruana, los argumentos centrales de los congresistas para promover la vacancia se centraron en:

  • La crítica situación de inseguridad ciudadana y el auge del crimen organizado.
  • Una aprobación presidencial históricamente baja, que según encuestas recientes rondaba solo el 3%.
  • Un mandato marcado por fuertes crisis políticas, protestas mortales y múltiples investigaciones por presunta corrupción.

Reacciones y Fractura Política

El equipo legal de Boluarte calificó el proceso de ilegítimo. Sus abogados argumentaron que no se respetó el derecho a la defensa, ya que, alegaron, ni siquiera se les permitió conocer el contenido específico de las acusaciones. Juan Carlos Portugal, uno de sus defensores, declaró que la presidenta no convalidaría un proceso que consideraba viciado.

Políticamente, la destitución representa un terremoto en las alianzas, ya que partidos que antes fueron base de apoyo de Boluarte, como Renovación Popular y Podemos Perú, respaldaron su salida. Esto dejó a la mandataria completamente aislada en el Legislativo.

Consecuencias y Transición

Como establece la ley de sucesión presidencial, al no existir vicepresidentes, el presidente del Congreso, José Jerí, asume inmediatamente el cargo de Presidente de la República de manera interina. Su mandato se extenderá hasta las elecciones generales de abril de 2026.

Con esta salida, Dina Boluarte cierra un turbulento gobierno de 2 años y 10 meses, y Perú tendrá su séptimo presidente en menos de una década, consolidando un período de extrema inestabilidad política en el país.


Análisis:

  1. Un Final Predecible: Aunque la velocidad del proceso fue sorpresiva, la destitución de Boluarte era un desenlace que se veía venir dados sus niveles de impopularidad récord y la pérdida total de su base de apoyo en el Congreso.
  2. El Fantasma de la Inestabilidad: Perú consolida un ciclo político donde el Congreso, utilizando la figura de la «incapacidad moral», se ha convertido en el principal actor para remover presidentes. Esto profundiza la crisis de gobernabilidad y aleja la estabilidad que el país necesita.
  3. Una Presidencia Debilitada desde el Inicio: Boluarte asumió en medio del caos tras el fallido autogolpe de Pedro Castillo y nunca logró gobernar con autoridad o consenso. Las protestas mortales de sus primeros meses y las acusaciones de corrupción marcaron su gestión de manera indeleble.

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